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Prólogo
La primera vez que supe de esta historia, ya hace en verdad muchos años, pensé que
merecía un relato muy singular; uno que de manera especialmente cuidada y profunda
pudiera inscribir esta increíble aventura humana en esa urdimbre de acontecimientos y
procesos dramáticos que fue la dictadura uruguaya. Me parecía además que por esta vez
era bueno que la primera narración efectivamente pública del episodio viniera del campo
de la Historia, que fuera obra de historiadores. Y por cierto que esto no se debe a que crea
en la Historia como disciplina monopolizadora de “los relatos de la tribu”, ni que ostenta
el monopolio de la interpelación del pasado o, menos aun, que administra la “verdad”
respecto a lo que fue. Nada de eso, nada más alejado de mis ideas. Simplemente, me
parecía que este acontecimiento era de por sí tan insólito e increíble que era bueno que
seproyectaraalcampodelconocimientomáspúblicoatravésdelosltrosconceptuales
ymetodológicosqueacompañanelociodeloshistoriadores;esasreglasmilenariasque
en la transformación permanente, desde documentos y preguntas siempre nuevas, han
llegado hasta nosotros. Además, me sigue pareciendo que puede ser una buena manera
para que en especial los más jóvenes puedan ser persuadidos de que lo que aquí se relata
ocurrió en verdad en el Uruguay de los años setenta.
Creo que las expectativas y las esperanzas de entonces reciben una estupenda con-
rmaciónconestelibro.Yantesquenadaestoesunméritoquecorrespondealaautora,
pues en esta oportunidad se vuelve más verdadero aquello de que no hay historias sin
alguienquesepaypuedanarrarlas.YesteeselcasodeSilviaDutrénitydeestemagníco
libro, con título emblemático y preciso: “La embajada indoblegable. Asilo mexicano en
Montevideo durante la dictadura”. Y sé muy bien que por muchos motivos la investi-
gación y la escritura de este trabajo no han sido faenas sencillas.
¿Por qué sigo pensando que ésta es una historia muy especial, que merece ser cono-
cida y registrada en toda su intensidad y en sus profundas implicaciones? Hay muchas
razones que espero registrar, aunque sea en parte y brevemente en este prólogo. Sin orden
de jerarquías, empiezo por destacar la presencia central de México en esta historia tan
uruguaya y a la vez tan latinoamericana. Es de México también que se habla en este libro;
de ese México que por su compromiso con la práctica humanista del asilo ha sabido ser
refugio hospitalario para tantos perseguidos de este continente de rebeldías e injusticias.
Es ese México de los colores y de los sabores, de la naturaleza y de las culturas; es ese
país que pudo convertirse en “segunda patria” adoptada por tantos exilios y destierros;
es la tierra de los hijos de los hermanos y de los “compañeros almas”. Es en suma de ese
México, imaginario y absolutamente real, que trata también esta historia excepcional.
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Silvia Dutrénit Bielous
En este relato aparecen además las marcas de la dictadura, ésas que muchos de noso-
tros portamos como huella de nuestros mayores dolores y de las solidaridades y esperanzas
que, de un modo u otro, informarán nuestra vida por siempre. Las particularidades de esta
increíble peripecia que envolvió a centenares de compatriotas tienen mucho que ver con
esos años terribles de la dictadura, con la ofensiva represiva del terrorismo de Estado,
conlairracionalidad(¿oconsuespecícaracionalidad?)deaquellosperseguidoresque
no trepidaron ni ante los niños, ni ante las familias, ni ante nada.
Sontambiénlospersonajesespecialesquedenenlosplieguesdeestahistoriaquienes
la hacen tan inesquivable, tan fascinante y suscitadora. Se trata de mujeres y hombres
que podrían ser protagonistas de una fábula de héroes, pero nada tienen que ver con eso;
eran, antes que nada y sobre todo, seres humanos bajo persecución, en peligro de muerte
y de tortura, de desaparición forzada, de prisión, sometidos a una convivencia bajo cerco,
incierta y a la vez casi imposible. Y si digo “casi” es porque milagrosamente fue posible
que en una simple casa residencial convivieran durante meses un número cambiante pero
siempre inimaginable de personas en un espacio muy reducido. Era miedo y ganas de
vivir,eralapulsióndelalibertadqueporabacontraesepresentimientopermanentede
la mirada de los sitiadores. Era lo mejor y lo peor de la condición humana de cada uno,
esa “estofa” de carne y hueso de la que todos estamos hechos y que se recrea de manera
inesperada ante las experiencias más límites, donde en algún lado de la frontera puede
estar precisamente el abismo tan temido.
Fue esa “loca” comunidad de procedencias y destinos diversos, de edades y generacio-
nes diferentes y hasta “antagónicas” en la dura convivencia del día al día, en un encierro
sin cárcel, en un avasallamiento con fronteras lábiles y en permanente entredicho. Fue la
organización de aquella cotidianeidad imposible, entre niños y “escuelitas” inventadas
y sostenidas contra viento y marea, con maestros que se las ingeniaban para dar “clases
de pintura sin ejemplos visuales”, con patriotas “apátridas”, con amores a escondidas
y despedidas tan queridas como desgarrantes, de multiplicación mágica de los brindis y
de los colchones, de los “dedales de whisky” para brindar entre muchos por la bondad
de México. Era también esa ágora encerrada, con turnos para una protección imposible y
discusiones sin balance y casi a ciegas, sin las certezas de otrora pero con la esperanza de
un futuro por vivir. Era sin duda esa obsesión de no darse por vencido, de no entregarse,
de pelear contra la tristeza y la depresión; el aplomo por ordenar sobriamente experiencias
colectivas e individuales que muy difícilmente podían encontrarse, sin espacio ni distancia.
Fueesaperipeciadeunahistoriacargadadehistorias.Sinnombres,conestasdi-
plomáticasarruinadas(salvadas)porlalealtadalosamigosverdaderos,conliberaciones
inefables corriendo tras escaleras interminables y la aparición oportuna de los quijotes del
corajemásgenuino,ésosqueseagigantanantelasdicultadesmásdifícilesyqueenfren-
tan las circunstancias más atemorizantes. Es la búsqueda del refugio en una ciudad con
pocas puertas para tocar y menos abiertas. Son esos alumbramientos que podían vencer
a la pesadilla acechante de los niños como “botín de guerra”. Son los documentos con
“dos ciudadanías naturales” y registro en hogares “natales” que son también embajada.
Fue Vicente Muñiz Arroyo, un economista mexicano devenido embajador, prota-
gonista estelar de esta historia. Este servidor público mexicano, nacido en el pueblito
La embajada indoblegable
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michocoano de Churintzio, donde la autora nos revela que “la noche es larga porque
amanece tarde”, quien se plantó en defensa del derecho de asilo frente a una dictadura
prepotente y terrorista. Fue ese embajador de México, pero también de la humanidad,
quien supo batirse con el coraje de los más valientes para salvar la vida y la libertad de
cientos de ciudadanos uruguayos a quienes hizo sus “compatriotas”, desbordando así
todos los códigos de la “buena diplomacia” y de los reglamentos. Porque no fue casual
que este entrañable mexicano terminara muriendo en Montevideo, el 23 de agosto de
1992: aquel hombre de ley, que se especializó en forjar dobles ciudadanías, se había
convertidoconsucorajeysuhumanidadenunaguraheroicadela“comunidadespi-
ritual” del mejor Uruguay.
Como bien dice la autora, tras los sólidos “andamios y materiales” de este muy buen
librodeHistoria,palpitaunahistoriainquietanteenlaquelasfronterasdelocioydela
condición humana no pueden permanecer impávidas, no pueden guarecerse tras amparos
profesionales o miradas asépticas, tan imposibles como infértiles. Éste es un muy buen
libro de Historia, con un tema formidable, que nos devuelve el espejo de un cúmulo de
experiencias sobrecogedoras que con seguridad no nos dejarán iguales después de su lec-
tura.Ycomolosbuenosejemplosdelocio,estahistoriaterminaconpreguntasdifíciles,
con “hilos y nudos” que se atisban tras una trama múltiple que no termina. Coincido con
la autora en que en esta historia anidan otras muchas historias por venir, otros relatos y
representaciones, otros ecos que se merecen lo que aquí se narra. Con fuerte convicción,
creo que los uruguayos necesitábamos mucho de esta historia.
Gerardo Caetano
Diciembre de 2010